A principios de junio, la embarcación británica Madleen, integrante de la Flotilla de la Libertad, zarpó desde Catania, Sicilia, con un cargamento humanitario compuesto por leche, harina, pañales y medicinas, en un intento de romper el bloqueo israelí impuesto sobre la Franja de Gaza. El objetivo de esta misión era llevar ayuda esencial a una población atrapada en una crisis humanitaria que se agrava día a día.
Sin embargo, el 9 de junio, las fuerzas israelíes interceptaron la embarcación en aguas internacionales, deteniendo a los 12 activistas a bordo, entre ellos la conocida activista climática Greta Thunberg. Posteriormente, los detenidos fueron deportados a sus países de origen. Este operativo generó una fuerte controversia y elevó las tensiones diplomáticas en la región y más allá.
La acción de Israel ha sido duramente criticada por la Unión Europea, organizaciones de derechos humanos y colectivos civiles que exigen una respuesta firme y medidas que garanticen el acceso humanitario sin restricciones. Mientras tanto, la Flotilla de la Libertad anunció que continuará con sus esfuerzos para denunciar y romper los bloqueos en Gaza.
Este incidente subraya la complejidad del conflicto en Medio Oriente y la urgente necesidad de soluciones que prioricen la vida y la dignidad humana en la región.