Tras una escalada de ataques israelíes a centrales nucleares iraníes en junio, Estados Unidos e Irán han retomado conversaciones directas —mediadas en Omán— para evitar una nueva confrontación en el Medio Oriente. Aunque el presidente estadounidense autorizó bombardeos a instalaciones nucleares, simultáneamente respaldó esfuerzos diplomáticos para un acuerdo que detenga el enriquecimiento de uranio en Irán. A su vez, Teherán expresó disposición a regresar al diálogo a cambio de garantías de seguridad y alivios económicos. Este delicado equilibrio entre ataque militar y diplomacia marca una posible senda para evitar una guerra regional de mayor escala.
